Los sueños de nuestras niñas
Tengo la suerte de haber encontrado algunas de mis pasiones, otras todavía las estoy buscando. Pero las que llegaron tocando a mi puerta y pude recibir son escribir y enseñar. Soy maestra en la enseñanza pública rural de Guatemala, la mayor fortuna que puede tener una mujer que soñaba con enseñar y educar, en un sistema educativo en el que siempre fue la peor alumna.
Me doy cuenta en estas clases, tan divertidas y reveladoras, de las muchas realidades que existen y por ello me parece esencial conocer mejor mis alumnos y alumnas. A través de los juegos, los ejercicios, diálogos y no menos importante una atención constante a su contexto socio-cultural, elaboro las herramientas de las clases.Seguir Leyendo