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Día de la educación 2020

Bajo el lema elegido para 2020 “aprendizaje para los pueblos, el planeta, la prosperidad y la paz”, recordamos hoy el papel de la educación como derecho humano fundamental, cuya falta afectaría significativamente la ejecución del resto de derechos reconocidos por la asamblea de la ONU. Asimismo, sabemos que la educación es nuestra única herramienta para la construcción de un mundo más equitativo, inclusivo y sostenible.

Nuestro compromiso con las escuelas va mucho más allá de las horas de clase, aceptamos que, como actores de gran influencia en la siguiente generación, no podemos limitarnos a impartir una asignatura sin más. En un mundo cada vez más dinámico y globalizado, trasmitir valores y pensamiento crítico a nuestras alumnas y alumnos es vital para tener la sociedad sana y equilibrada que ansiamos.

Formar parte de la educación pública es un orgullo y honor para todos los que formamos parte de la organización y luchamos por un mundo más justo, igualitario y sostenible. Al ser maestros, inevitablemente, somos soñadores y tratamos de convertir nuestros estudiantes en tales. Soñamos con un mundo en el que todos y todas tengamos las mismas oportunidades, siendo nuestra única arma para lograrlo educar, para que sean los adultos responsables del mañana que se encarguen a su vez de la educación de la siguiente generación.

Confiamos en enseñar mucho más que inglés, nos preocupamos y trabajamos para acercar otros mundos a nuestros estudiantes, para que cuenten con todos los puntos de vista posibles y ellos mismos decidan su futuro, construyan sus sueños y pongan sus metas. Elegimos la enseñanza de inglés como una herramienta muy útil de adquirir conocimiento y tener un acceso libre a la información a la vez que una gran plataforma para la libertad de expresión. Tratamos de construir referencias y ejemplos que sirvan de apoyo a nuestros estudiantes, para convertirlos en los soñadores que luchen por lograr sus metas.

Nuestro orgullo es inmenso al ver los progresos en las clases, pero no es un sentimiento menor el que tenemos al ver cómo cambian las perspectivas de muchos voluntarios cuando se chocan con la realidad de la enseñanza en las escuelas por primera vez. Todos ellos vienen con una bondad que regalar, que al comenzar a trabajar entienden que no es suficiente, sino que es necesario un esfuerzo, empatía y conocimiento muy superiores, que la mayoría acaban adquiriendo en su proceso de voluntariado.

Nos alegra enormemente que el tiempo de voluntariado nunca sea suficiente para ellos, que siempre quieran quedarse más y que se acuerden de nosotros. Creemos hablar en nombre de todos cuando decimos que nadie se va tal y como vino, pues este crecimiento profesional en la enseñanza primaria necesariamente conlleva un crecimiento personal influenciado por los entornos diferentes en los que trabajamos y sobre todo por los niños y niñas a los que enseñamos y de los que aprendemos.

La educación, tal como la solidaridad, no es unidireccional, sino horizontal y retroalimentaría, en la que crecen y aprenden todos los actores implicados. Si soñamos por un mundo más justo  como decíamos antes, hemos de mejorar nosotros primero y predicar con el ejemplo, escuchar más que hablar y absorber todas las perspectivas a la vez que compartimos la nuestra. Hoy damos las gracias a todos nuestros alumnos y alumnas por enseñarnos el camino hacia una mejor forma de educar, mostrándonos cuáles son sus inquietudes y pasiones.

Gracias a todos estos pequeños maestros y maestras, por cuyo futuro seguiremos trabajando sin cansarnos.