Colorida felicidad
Hace aproximadamente 20 días que comencé esta aventura de voluntariado. Es la primera vez en mi vida que estoy realmente inmerso en el trabajo de voluntariado, pero me gusta tanto que siento que lo he estado haciendo desde siempre. En cuanto llegué a la ciudad y vi «El Reloj» (marca registrada de Diriamba por excelencia) llamé a Ronald (coordinador de APANS) y me llevó a la casa de mi familia anfitriona. La casa es pequeña en tamaño pero enorme en calidez, y tiene paredes de color azul real (mi color favorito,¡El destino!).
Busqué en Google «Diriamba» varias veces antes de llegar (estaba y sigo estando tan emocionado como puedo) y leí que una de las marcas de la ciudad era que las casas no tenían un número específico, sino que usaban los colores de las casas como referencia para las direcciones y la orientación. Y tan pronto como llegué aquí me di cuenta de que no son sólo las casas… Todo en esta ciudad es más colorido, los coches, los parques, la ropa, las fiestas ¡E incluso las puestas de sol!
Era consciente de que iba a vivir en un lugar en el que las condiciones serían totalmente diferentes a las que podía estar acostumbrada en casa. Para ser sincero, antes de llegar aquí no estaba segura al 100% de si sería capaz de soportarlo o no; pero desde el primer día que pasé con mi familia de acogida, la primera noche estrellada que miré fijamente (este lugar tiene uno de los cielos más bonitos que he visto nunca) y la primera sonrisa que vi dibujada en la cara de un niño pequeño supe que no sólo iba a estar «bien», sino que iba a ser «GRANDE».
Cada día aquí está lleno de lecciones, de risas, de juegos, de aprendizaje, de paseos y de apreciación de la belleza en las cosas más pequeñas. Cuando llega cada comida, tengo tanta hambre que toda la comida sabe increíblemente deliciosa (mi estómago tuvo algunos pequeños problemas los primeros días, pero ahora se ha puesto en plena forma nicaragüense) y cuando el día llega a su fin, estoy tan cansado que mis almohadas parecen de plumas de ganso, mis sábanas de 400 hilos egipcios y mi cama es la más cómoda del mundo.
Todavía me quedan aproximadamente 5 meses ya que soy la nueva coordinadora de voluntarios de la organización y hasta ahora estoy tan feliz como se puede estar! Seguiré manteniéndoos informados sobre mis experiencias de enseñanza, aventuras, lecciones de vida aprendidas y un poco de todo lo demás que sea digno de compartir!
¡Salud y buenas vibraciones para todos!
Maru J