¡Adiós al Chele!
El verano pasado estaba viajando por América Central buscando ONGs que enseñaran inglés a los niños cuando di con Ocotepeque, un pequeño pueblo de Honduras cerca de la frontera con Guatemala.
Planeaba visitar ‘My little red house»‘, aunque no la conocía hasta que llegué allí. En Ocotopeque encontré 5 voluntarios de EE.UU. e Irlanda que enseñaban inglés en esa misma escuela. Me dejaron quedarme en su piso, así que compartimos buenos momentos tocando la guitarra y jugando a las cartas. Entre ellos estaba este chico talentoso, un poco más joven que el resto y muy integrado en la vida de Honduras. Entonces ni idea tenía de que Patrick se convertiría seis meses después en el primer voluntario en One, Two… Tree!
En Nicaragua, Chele se usa para denominar a una persona blanca. «Clarito» dicen. Y Patrick es muy clarito, es gracioso lo mucho que hablan de él por su apodo. Todos parecen haber tomado a Patrick con una suerte de cariño y cuidado. Mientras que no es excesivamente extrovertido, llegó a conocer a todos en Diriamba. Nunca hubo una fiesta de despedida con tanta gente viniendo. Había estudiantes, familias anfitrionas, profesores de otras escuelas, coordinadores y muchos niños de APAN. Bailó por primera vez esa noche (también será recordado por ese baile) y dio un discurso donde concluyó: «Esta es mi familia».
Patrick llegó a principios de febrero ante un gran desafío. Todo estaba aún por hacer en esta organización. Empezando de cero, se puso en contacto con las escuelas, las familias de acogida y los coordinadores de la APAN. Organizó los horarios de enseñanza en los que cabrían los próximos voluntarios, así como el alojamiento con cada familia de acogida. Pronto asumió el papel de responder y hacer un seguimiento de las solicitudes, lo que también hizo muy bien al conseguir mejorar gradualmente nuestros procesos y herramientas. Mientras que en Nicaragua no había nadie que se ocupara de su trabajo, él seguía regularmente nuestras instrucciones. Por ejemplo, me sorprendió saber que cada fotocopia para la enseñanza del inglés tenía la factura correspondiente en nuestros registros.
Mientras escribo esto, Ronald Mendieta acaba de pasar por aquí. Es el fundador de APAN, la ONG con la que nos asociamos en Nicaragua. Cuando se le pidió que dijera algunas palabras sobre Patrick, esto es lo que dijo: ¨Aunque es muy joven, Patrick ha sido siempre emprendedor en sus objetivos, responsable, lleno de alegría y buenos propósitos en la vida¨.
Ayer fue el último día de Patrick en Nicaragua. Se fue después de siete meses de duro trabajo. Lo dejamos en el aeropuerto con el sentimiento de una despedida agradecida. No trabajó a cambio de un salario como estamos acostumbrados a ver en nuestros países de origen, supongo que lo único que ganó fue la sensación de ayudar a los que más lo necesitan en los países más necesitados. Como fundador de esta organización, siempre estaré agradecido a Patrick por su dedicación, su persistente buen humor y su compromiso.
¡Gracias, Chele!
Pedro Pestana da Silva
